viernes, 15 de enero de 2010

Anoche soñé

Me pareció estar inmerso en un dejavú, pero como sabía perfectamente como terminaría, me dejé llevar por mi sueño~

Una mañana fria habíamos acordado de vernos en tu casa, desde la noche anterior había quedado listo nuestro plan. Me desperté muy temprano, me abrigué con nada más que pensamientos sobre lo que pasaría y me dirigí a tu casa, no te desperté hasta que llegué a tu casa y por la ventana me lanzaste las llaves. Abrí sigiloso y subí en silencio las escaleras que tanto me gusta caminar tras de ti admirando tu...bueno, espectacular figura contoneándose por cada escalón que subes.

Caminé como un ladrón buscando un precioso tesoro en tu habitación; y te encontré.

Estabas volteando y cobijada hasta la cabeza, lo entendí por el frio pero ni siquiera volteaste a verme. Me paré junto a tu cama y me despojé de toda mi ropa menos mis bóxers ajustados color blanco y partes azules. Hice ruido al quitarme la ropa, pero al parecer te volviste a quedar dormida, ni siquiera te moviste cuando me metí en la cama.

Para mi sorpresa, al mover las cobijas, encontré tu parte trasera desnuda, tu fino cuello, tu espalda suave, unas piernas fuertes y ejercitadas y un formidable par de nalgas bien formadas, grandes y demasiado apetecibles, discimuladamente al acostarme em fué quitando los bóxers, mi pene reaccionó inmediatamente ante tal imagen y me acosté junto a ti. Creo que escuché un murmullo, pero lo ignoré y me volví a acercar a ti. Misteriosamente mi verga se acomodó entre tus nalgas, apuntando directo a penetrarte por atrás. Al sentir este calor volteaste rápido para devorarme a besos, pensé q estabas dormida, pero estabas aguardando el momento exacto para atacar.

Me besabas como loca, y se notaba en tu respiración que la situación te había puesto cachondísima, pero supiste esperar para besarme como loca, giraste dejando expuestas tus tetas a mis ojos, primero las devoré con la mirada, estrujé fuerte con mis dedos y terminé de ponerlos duros con mi lengua, gemidos deliciosos escaparon de tu boca.

Mi erección cada vez más dura se dirigió instintivamente hacia entre tus muslos, nuestros movimientos de cadera ayudaron bastante y finalmente como si siempre hubieran estado unidos, se unieron nuestros sexos, suave penetré tu vagina ya humedecida de tus fluidos hasta llegar al fondo de ti, un gemido se escapó de tu boca cuando me uní a tu cuerpo y bailamos...

Nuestro baile fué largo, no teníamos prisa, disfrutamos de sentirnos yo dentro de ti y tu penetrada por mi. No hacía más frio afuera, nuestro amor y calor llenó tu habitación. Te susurraba cosas tiernas al oido a la vez que me gritabas las cosas más sucias, hicimos el amor y cogimos a la vez.

Y te llené de mi y me envolviste totalmente con tu calor.