lunes, 16 de noviembre de 2009

L:Oye...

...tengo ganas de coger
P: yo también, tengo muchas ganas de ti
L: yo más!
L: Hace poco hicimos el amor, fué precioso y aún asi riquísimo. Pero ya quiero coger
(En mi mente tu imagen quitandote la ropa agresivamente y dejando al descubierto tus preciosas y grandes tetas, tus muslos, tu cintura, toda tu piel al descubierto, morbosa y recostada en la cama, con muchas ganas de coger y con las piernas abiertas viéndome me mató, al mismo tiempo q te imaginaba entre mi pantalón crecía mi erección; me mojé la boca, cerré los ojos un par de segundos y reaccioné)
P: Andas con ganas de ponerte Zorrísima verdad?
L: Si

domingo, 8 de noviembre de 2009

Tarde Intensa III

...necesitábamos entregar más que gemidos esta tarde, tú estabas tan urgida de mis besos, como de ternura, esta tarde estabas amorosa y puta, lista para entregar tu cuerpo pero con el corazón en la mano buscando trascendencia.

El delicioso brillo de tus pezones y tus labios sobresalían esta tarde, olía a sudor y a miel, mi mirada se desviaba como siempre hacia tus tetas, y cómo no perderme en ese par tan suave, grande y con una calidez encantadoramente cachonda, mientras me distraje con mis dedos en tus pezones, con un movimiento suave y repentino, me montaste. El instante previo al entrar en las entrañas de una mujer es lo más cercano que tenemos los hombres de ver el paraíso. Te sentí en cámara lenta, estabas tan mojada esta tarde que escurría miel hasta tus muslos, ese fluido caliente y delicioso estaba ahora tentando a mi verga a llenarse de él.

Lentamente fuí abriendome paso por tus labios, lubricados perfectamente por tu miel, hasta que alcancé tu agujero, entré y me sentí en la gloria, parecieron largos minutos lo que en verdad fué un segundo, pero el placer que me causa hacernos uno penetrándote me vuelve loco. Ya acoplado en tu vagina y con tu miel escurriendo ahora fuera de ti hacia mis muslos, tus tetas frente a mi en un vaivén perfecto, y tu boca urgida de besos, empezamos nuestro baile. No cogimos, como muchas veces, esta tarde, después de gritos, cachondeo, besos, caricias y locuras, esa tarde hicimos el amor.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Tu Cumpleaños

Para aquellos a los q les hacia falta una luna brillante en sus noches de soledad, he vuelto.

Desde que me estaba arreglando para ti, pensaba en lo que esa noche pasaría, mi cuerpo se acaloraba mientras imaginaba tus manos recorriéndolo, y tu boca humedeciéndolo, se acaloró tanto que no hizo falta que me pusiera rubor, esa noche usaría unas medias de red, y un vestido bastante corto, me puse unas botas altas, que lucían más el atuendo; mi cabello lo llevaría suelto con una pequeña banda a juego con el vestido.
Fue entonces cuando llamaste a la puerta, con nerviosismo puse un poco de labial rojo en mi boca y baje apresurada a tu encuentro.
Tú vestías una camiseta blanca muy ceñida a tu cuerpo, unos jeans y chamarra de cuero, cuando me viste bajar tu boca solo mostraba asombro y ganas de devorarme completita esa noche, me tomaste por la cintura y acercándote lo suficiente me besaste con hambre.
-Nos vamos?-
-Claro reina, cuando quieras-
Me abriste la puerta del auto, y me deslice con delicadeza, siempre procurando que el vestido se subiera lo necesario para que visualizaras perfectamente mis piernas, y tu notaste mis intenciones, puesto que rozaste mi muslo derecho apenas con la punta de tus dedos, y ese solo roce me proporciono potentes descargas eléctricas.
Entonces cerraste la puerta y subiste tú también al auto, manejaste a toda prisa al lugar de nuestra cita, el ambiente era aburrido, esa noche teníamos ganas de bailar de verdad, no de jugar a bailar.
-Nosotros podríamos hacer una fiesta mucho más amena que esta, y aparte privada, quieres?- te dije al oído
-Me encanta tu idea.
Nos escabullimos del lugar, y desde que caminábamos de regreso al auto, nuestras intenciones eran claras.
Esa noche en unos minutos más era tu cumpleaños, y yo quería que festejáramos en grande, entonces te lance una miradita, de esas que me surgen naturales cuando estoy muy caliente, tu la descifraste perfecto y condujiste a un lugar bastante oscuro y solo. En ese momento se dio la media noche, y abrazándote te dije:
-Feliz cumpleaños mi amor-
Mirándote otra vez como una zorrita, me saque con un movimiento las botas, y subí mis piernas al tablero del coche, moviéndolas con maestría, desorbitando tus ojos, y aumentando el calor bajo mis ropas, me relamía los labios como invitándote al mi juego, entonces tu mano quiso acariciarme, pero te detuve, aun no quería juntarte.
Entonces comencé a bajarme las medias poco a poco, con una cadencia tal que parecía una bailarina exótica, cuando mis piernas quedaron al natural, volvía a dedicarte una mirada, y esta vez tu sabias perfecto lo que ella antecedía, fue entonces cuando también despacito, me quite mi tanga y me alce el vestido, ofreciéndome como la puta que soy a mi hombre.
En ese momento te era imposible reprimir tus instintos, y te me lanzaste encima, devorando mi boca al tiempo que hurgabas en mi entrepierna con tus manos urgidas me sexo.
Yo cedía a tus caricias sin ánimos de detenerte, esa noche era tuya y podías hacer conmigo lo que quisieras, desesperada por sentir tus besos en otro sitio, me baje el cierre de la parte superior del vestido, descubriendo entonces mis tetas que esa noche viajaban sin sostén, la visión de mis pezones totalmente erectos, te alucino, y bajaste con rapidez tu boca, llenándolos de saliva, mordiéndolos, devorándolos.
Para entonces mis gemidos ya eran muy sonoros, y en proporción a ellos crecían tus ganas, y mis ganas.
Fue cuando te avente a tu asiento, y bajando el cierre de tu pantalón y tus bóxers, libere tu hermosa virilidad, tan grande, tan dura, tan ansiosa de caricias, mis caricias, mis manos le dedicaron largo rato a esa maravillosa verga, y entre gemidos, alcance a oír:
-Mámamela princesa-
Obediente como siembre baje mi boca hasta tu entrepierna y comencé a besarte dulcemente para después hacerlo con desesperación, podía notar en la dilatación de las venas de tu miembro, que aquello te estaba volviendo loco.


Cuando estuviste al borde la cima, deje de hacer lo que hacia y mirándote llena de lujuria te monte, dedique ese primer instante para sentirte completo en mi interior, para que tu disfrutaras de estar aprisionado, para después, con movimientos rítmicos, arriba y abajo, cogerte deliciosamente.
-No aguanto más, quiero explotar dentro de ti putita-
-Pues hazlo mi vida, hazlo!-
Y así entre contracciones de tu cuerpo, y gemidos que salieron involuntariamente de tu boca, llegaste al orgasmo, derramando todo tu semen en mí.
Te abrace, te bese, y luego con una sonrisa, te dije: Felicidades mi vida!