domingo, 8 de noviembre de 2009

Tarde Intensa III

...necesitábamos entregar más que gemidos esta tarde, tú estabas tan urgida de mis besos, como de ternura, esta tarde estabas amorosa y puta, lista para entregar tu cuerpo pero con el corazón en la mano buscando trascendencia.

El delicioso brillo de tus pezones y tus labios sobresalían esta tarde, olía a sudor y a miel, mi mirada se desviaba como siempre hacia tus tetas, y cómo no perderme en ese par tan suave, grande y con una calidez encantadoramente cachonda, mientras me distraje con mis dedos en tus pezones, con un movimiento suave y repentino, me montaste. El instante previo al entrar en las entrañas de una mujer es lo más cercano que tenemos los hombres de ver el paraíso. Te sentí en cámara lenta, estabas tan mojada esta tarde que escurría miel hasta tus muslos, ese fluido caliente y delicioso estaba ahora tentando a mi verga a llenarse de él.

Lentamente fuí abriendome paso por tus labios, lubricados perfectamente por tu miel, hasta que alcancé tu agujero, entré y me sentí en la gloria, parecieron largos minutos lo que en verdad fué un segundo, pero el placer que me causa hacernos uno penetrándote me vuelve loco. Ya acoplado en tu vagina y con tu miel escurriendo ahora fuera de ti hacia mis muslos, tus tetas frente a mi en un vaivén perfecto, y tu boca urgida de besos, empezamos nuestro baile. No cogimos, como muchas veces, esta tarde, después de gritos, cachondeo, besos, caricias y locuras, esa tarde hicimos el amor.

3 comentarios:

  1. El final perfecto para una tarde caliente, llena de pasión.
    Y lo más cercano que tengo yo al paraiso, es vuando te envuelvo y te abrigo con mi cuerpo, cuando el sudor nos baña y las ganas nos empapan.
    Delicioso relato mi paris, y deliciosa tarde.

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  2. Caricias, besos, humedades que hechizan, excitación que invita...aunque todo sea coger salvaje... siempre tendra el sabor de hacer el amor cuando dos almas se aman hasta la entrega absoluta...

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