lunes, 2 de noviembre de 2009

Tu Cumpleaños

Para aquellos a los q les hacia falta una luna brillante en sus noches de soledad, he vuelto.

Desde que me estaba arreglando para ti, pensaba en lo que esa noche pasaría, mi cuerpo se acaloraba mientras imaginaba tus manos recorriéndolo, y tu boca humedeciéndolo, se acaloró tanto que no hizo falta que me pusiera rubor, esa noche usaría unas medias de red, y un vestido bastante corto, me puse unas botas altas, que lucían más el atuendo; mi cabello lo llevaría suelto con una pequeña banda a juego con el vestido.
Fue entonces cuando llamaste a la puerta, con nerviosismo puse un poco de labial rojo en mi boca y baje apresurada a tu encuentro.
Tú vestías una camiseta blanca muy ceñida a tu cuerpo, unos jeans y chamarra de cuero, cuando me viste bajar tu boca solo mostraba asombro y ganas de devorarme completita esa noche, me tomaste por la cintura y acercándote lo suficiente me besaste con hambre.
-Nos vamos?-
-Claro reina, cuando quieras-
Me abriste la puerta del auto, y me deslice con delicadeza, siempre procurando que el vestido se subiera lo necesario para que visualizaras perfectamente mis piernas, y tu notaste mis intenciones, puesto que rozaste mi muslo derecho apenas con la punta de tus dedos, y ese solo roce me proporciono potentes descargas eléctricas.
Entonces cerraste la puerta y subiste tú también al auto, manejaste a toda prisa al lugar de nuestra cita, el ambiente era aburrido, esa noche teníamos ganas de bailar de verdad, no de jugar a bailar.
-Nosotros podríamos hacer una fiesta mucho más amena que esta, y aparte privada, quieres?- te dije al oído
-Me encanta tu idea.
Nos escabullimos del lugar, y desde que caminábamos de regreso al auto, nuestras intenciones eran claras.
Esa noche en unos minutos más era tu cumpleaños, y yo quería que festejáramos en grande, entonces te lance una miradita, de esas que me surgen naturales cuando estoy muy caliente, tu la descifraste perfecto y condujiste a un lugar bastante oscuro y solo. En ese momento se dio la media noche, y abrazándote te dije:
-Feliz cumpleaños mi amor-
Mirándote otra vez como una zorrita, me saque con un movimiento las botas, y subí mis piernas al tablero del coche, moviéndolas con maestría, desorbitando tus ojos, y aumentando el calor bajo mis ropas, me relamía los labios como invitándote al mi juego, entonces tu mano quiso acariciarme, pero te detuve, aun no quería juntarte.
Entonces comencé a bajarme las medias poco a poco, con una cadencia tal que parecía una bailarina exótica, cuando mis piernas quedaron al natural, volvía a dedicarte una mirada, y esta vez tu sabias perfecto lo que ella antecedía, fue entonces cuando también despacito, me quite mi tanga y me alce el vestido, ofreciéndome como la puta que soy a mi hombre.
En ese momento te era imposible reprimir tus instintos, y te me lanzaste encima, devorando mi boca al tiempo que hurgabas en mi entrepierna con tus manos urgidas me sexo.
Yo cedía a tus caricias sin ánimos de detenerte, esa noche era tuya y podías hacer conmigo lo que quisieras, desesperada por sentir tus besos en otro sitio, me baje el cierre de la parte superior del vestido, descubriendo entonces mis tetas que esa noche viajaban sin sostén, la visión de mis pezones totalmente erectos, te alucino, y bajaste con rapidez tu boca, llenándolos de saliva, mordiéndolos, devorándolos.
Para entonces mis gemidos ya eran muy sonoros, y en proporción a ellos crecían tus ganas, y mis ganas.
Fue cuando te avente a tu asiento, y bajando el cierre de tu pantalón y tus bóxers, libere tu hermosa virilidad, tan grande, tan dura, tan ansiosa de caricias, mis caricias, mis manos le dedicaron largo rato a esa maravillosa verga, y entre gemidos, alcance a oír:
-Mámamela princesa-
Obediente como siembre baje mi boca hasta tu entrepierna y comencé a besarte dulcemente para después hacerlo con desesperación, podía notar en la dilatación de las venas de tu miembro, que aquello te estaba volviendo loco.


Cuando estuviste al borde la cima, deje de hacer lo que hacia y mirándote llena de lujuria te monte, dedique ese primer instante para sentirte completo en mi interior, para que tu disfrutaras de estar aprisionado, para después, con movimientos rítmicos, arriba y abajo, cogerte deliciosamente.
-No aguanto más, quiero explotar dentro de ti putita-
-Pues hazlo mi vida, hazlo!-
Y así entre contracciones de tu cuerpo, y gemidos que salieron involuntariamente de tu boca, llegaste al orgasmo, derramando todo tu semen en mí.
Te abrace, te bese, y luego con una sonrisa, te dije: Felicidades mi vida!

3 comentarios:

  1. Delicioso regreso y enorme manera de comenzar un cumpleaños, esa noche tus piernas fueron las culpables de todo, tanto deseo y tanto calor, son culpa de esas formas blancas y perfectas con la cuadrícula hermosa que cuando te la pones acompañada de una falda o vestido corto se que te sientes zorrísima.

    Desde tu primer beso supe de tus intenciones, pero cuando al oido me felicitaste, tuve un orgasmo emocional y tremendo, qué mejor regalo que tu cuerpo, tus besos desesperados, tus manos temblorosas, tus piernas abiertas y tus gemidos de placer.

    Te amo Princesa, relatas tan hermosa y deliciosamente que me pones, como ya has de imaginar, excitadísimo

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  2. El mejor regalo que le podrían hacer a uno.

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  3. Ardiente cada una de las frases, pero más de la manera en que las has ido encendiendo, hasta casi quemarte pero con el sumo cuidado de embelesar...
    Gracias por ese trocito de pasión.

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