sábado, 24 de abril de 2010

Juguete PARTE 1

Un día lo platicamos inocentemente; no recuerdo ni como salió la plática, pero si recuerdo la pregunta: "¿Te gustaría que te comprara un vibrador?" A lo que decididamente contestaste que si. No sabía si era en serio, pero en tu cara vi una sonrisa traviesa que me decía "quiero experimentarlo".

Pasó bastante tiempo hasta que me pasara por la mente la idea de hacer realidad esta nueva experiencia, encontré una Sex Shop cerca de aca, y me decidí a irte a buscar tu regalo, era mi primera vez en una tienda así, hay una variedad inmensa de cosas que no se me antojan, pero otras que se veían interesantes. En el aparador detrás de la cobradora estaba una serie de vibradores de muchos tipos colgados sobre la pared, escogí el que me pareció mas discreto y cómodo para jugar con él.

Al día siguiente que te vi, andabamos por la calle, de paseo, y aún con pena te dije que te tenía un regalo pero me daba pena dártelo, tu curiosidad te hizo insistir, y al caminar por un centro comercial, nos detuvimos en un lugar un poco apartado y te lo mostré, tu vibrador nuevo, tenía forma fálica de metal brillante color plateado. Tenías una gran cara de asombro y yo moría de ganas de probarlo.

lunes, 19 de abril de 2010

Monitor

No teníamos ni un día lejos y nos consumían las ganas de sexo. Empezaste inocentemente, pusiste la webcam mientras hacías tus quehaceres, solo para hacerme notar que no llevabas brasier, fué fácil y delicioso notar tus enormes senos dibujados perfectamente sobre una playera blanca, su tamaño perfecto y su forma natural me enloquecieron. Jugando me dijiste "Ya notaste que no traigo bra?", alzando tu blusa dejando al aire una de tus tetas, pero teniendo cuidado en tapar completamente el pezón provocaticamente.

"Quiero verte" -dijiste. Bájate los pantalones y enséñame lo que hay debajo de tus bóxers. Ya comenzaba a crecerme el pene debido al morbo de verte sin brasier, sin pensarlo mucho te complací. Sin esperar la indicación te quitaste la playera blanca, vi casi en cámara lenta como salían exquisitamente tus dos tetas de esa prisión de tela, con su movimiento rítmico y para mi sorpresa con tus pezones y aureola duras, se notaba aún en la cámara ese precioso y endurecido pezón que me dejaste ver.

"Tócate" -exigiste. Lleno de lujuria solo seguía instrucciones, me quité totalmente desnudo de la cintura hacia abajo y empecé a masturbarme para que me vieras, con rapidez se me puso dura mientras observaba el show: te habías quitado el mini-short que traías puesto y la tanga también, te acomodaste de tal forma que la laptop quedó entre tus rodillas, te recostaste, dejándome una presioa vista desde tus rodillas hasta tus ojos, dejando el secreto que hay entre tus piernas totalmente descubierto para mi, enloquecía, mientras con una mano frotabas tus tetas y con la otra abrías los labios de tu intimidad.

Me mostraste tus fluidos entre tus dedos, los imaginé con una textura, temperatura y color deliciosos, tocaste tiernamente tu clitoris mientras observabas como me crecía la verga, estaba hipnotizado por lo que estaba admirando en mi pantalla, eras tú, mi princesa abierta de piernas y tocándote para mi.

Apresuraba y me calmaba justo cuando estaba a punto de venirme, me exitó demasiado darte este espectáculo, me gusta exhibirme para ti y ser tu inspiración para q te toques, yo admiraba como abrías tus labios para dejarme ver más adentro de tu agujerito con una mano y con la otra pellizcabas tus pezones; y tu parecías hipnotizada con la agitación de mi mano sobre mi miembro.

Después de acalorarnos por completo, no podías más, para llegar al climax necesitabas ver como derramaba de mi semen, y otra vez complaciéndote, me vine en el instante q lo pediste, un segundo después comencé a ver como apretabas más las piernas y metías mas tus dedos y en un largo y delicioso gemido llegaste al cielo, ahí del otro lado del monitor.

Putita

Hace tiempo que intentábamos hacer cosas atrevidas entre una multitud, recuerdo los primeros encuentros, con timidez, acercaba mis impacientes dedos a la parte baja de tus pechos o desde los costados, lentamente hasta procurar un roce "accidental" con tu aureola y tal vez tu pezón, en un par de estos repetidos accidentes llegué a notar que tu pezón respondía exquisitamente a mis estímulos, tu respondías bajando tus manos pasándolas discimuladamente sobre mi entrepierna o colocando tus nalgas de forma perfecta para sentirlas a placer mientras cantabas o bailabas.
Ésta vez yo estaba realmente lleno de lujuria desde que te vi salir de tu casa, traías una blusa larga y un mallón que delineaba perfectamente tus piernas desde tus ricas caderas hasta tus delicados talones, sentí un hormigueo desde la base hasta la punta de mi verga. Pensé inmediatamente no ir al concierto y arrancarte a mordidas el mallón, alzarte la blusa y poseerte bestialmente, pero respiré, me contuve y te cerré la puerta del carro y me dirigí al volante.

Nos pusimos al tanto de las horas que no nos habíamos visto y llegamos al lugar del concierto, no quise que nos sentáramos en las butacas y preferí ir al frente, no lejos del escenario, donde la multitud esta de pie, el rato que tardó en comenzar el espectáculo la pasamos bien entre besos, risas y abrazos dulces.
Empezó a oscurecer y un rato después, llegada la hora salió al escenario el grupo argentino, lo vimos un rato pero entre canción y canción yo hacía intentos por alzar lo suficiente la blusa e introducir mi mano derecha en el mallón y acariciar tu intimidad, aún me estorbaba un trozo te tela y mientras te besaba el cuello y con mi mano izquierda te rodeaba la cintura metí mis dedos en tu tu ropa interior, acaricé suave tu monte de venus, disfruté el roce de tus vellos y me apresuré a abrir un poco tus labios ya mojados por que los besos en tu cuello y la dureza de mi pene entre tus nalgas había surtido efecto. Sentí otra vez el hormigueo, ahora mi verga estaba dura y tus labios vaginales se abrían lentamente en presencia de mis hábiles dedos. Tu clitoris estaba totalmente empapado, podía casi oler tu miel, sentía que mis dedos se quemaban de tan llenos que estaban de tus fluidos calientes.
Mientras yo seguía con mi maniobra tu te movías para sentir en tu culo mi verga, nos estorbaba el mallón, pero sentía perfectamente la grandeza y calor de tu culo.

Nadie se había percatado, el concierto transcurría normal y la gente alrededor de nosotros seguía con lo suyo, había un grupo de chicos adelante, un par de señoras con sus hijas, a la izquierda un grupo de niñas gritonas, a la derecha un par de amigos y atras de nosotros otra pareja de novios.


Al oido me exigiste metiera mis dedos en tu vagina, dicha maniobra requería ser más evidentes, pero no te importaba, necesitabas sentir algo fálico dentro de tu agujerito, me acomodé, apreté mi verga entre tus nalgas, y urgué con mis dedos tus entrañas al ritmo de la música. Te vi cerrar los ojos y apretar los labios muchas veces, tomaste mi mano libre y la desgarrabas para hacerme saber que querías explotar, aceleré mis dos dedos dentro de tu agujero, y un segundo después, sentí como escurrió más miel por mi mano y vi en tu boca una sonrisa placentera.