lunes, 19 de abril de 2010

Putita

Hace tiempo que intentábamos hacer cosas atrevidas entre una multitud, recuerdo los primeros encuentros, con timidez, acercaba mis impacientes dedos a la parte baja de tus pechos o desde los costados, lentamente hasta procurar un roce "accidental" con tu aureola y tal vez tu pezón, en un par de estos repetidos accidentes llegué a notar que tu pezón respondía exquisitamente a mis estímulos, tu respondías bajando tus manos pasándolas discimuladamente sobre mi entrepierna o colocando tus nalgas de forma perfecta para sentirlas a placer mientras cantabas o bailabas.
Ésta vez yo estaba realmente lleno de lujuria desde que te vi salir de tu casa, traías una blusa larga y un mallón que delineaba perfectamente tus piernas desde tus ricas caderas hasta tus delicados talones, sentí un hormigueo desde la base hasta la punta de mi verga. Pensé inmediatamente no ir al concierto y arrancarte a mordidas el mallón, alzarte la blusa y poseerte bestialmente, pero respiré, me contuve y te cerré la puerta del carro y me dirigí al volante.

Nos pusimos al tanto de las horas que no nos habíamos visto y llegamos al lugar del concierto, no quise que nos sentáramos en las butacas y preferí ir al frente, no lejos del escenario, donde la multitud esta de pie, el rato que tardó en comenzar el espectáculo la pasamos bien entre besos, risas y abrazos dulces.
Empezó a oscurecer y un rato después, llegada la hora salió al escenario el grupo argentino, lo vimos un rato pero entre canción y canción yo hacía intentos por alzar lo suficiente la blusa e introducir mi mano derecha en el mallón y acariciar tu intimidad, aún me estorbaba un trozo te tela y mientras te besaba el cuello y con mi mano izquierda te rodeaba la cintura metí mis dedos en tu tu ropa interior, acaricé suave tu monte de venus, disfruté el roce de tus vellos y me apresuré a abrir un poco tus labios ya mojados por que los besos en tu cuello y la dureza de mi pene entre tus nalgas había surtido efecto. Sentí otra vez el hormigueo, ahora mi verga estaba dura y tus labios vaginales se abrían lentamente en presencia de mis hábiles dedos. Tu clitoris estaba totalmente empapado, podía casi oler tu miel, sentía que mis dedos se quemaban de tan llenos que estaban de tus fluidos calientes.
Mientras yo seguía con mi maniobra tu te movías para sentir en tu culo mi verga, nos estorbaba el mallón, pero sentía perfectamente la grandeza y calor de tu culo.

Nadie se había percatado, el concierto transcurría normal y la gente alrededor de nosotros seguía con lo suyo, había un grupo de chicos adelante, un par de señoras con sus hijas, a la izquierda un grupo de niñas gritonas, a la derecha un par de amigos y atras de nosotros otra pareja de novios.


Al oido me exigiste metiera mis dedos en tu vagina, dicha maniobra requería ser más evidentes, pero no te importaba, necesitabas sentir algo fálico dentro de tu agujerito, me acomodé, apreté mi verga entre tus nalgas, y urgué con mis dedos tus entrañas al ritmo de la música. Te vi cerrar los ojos y apretar los labios muchas veces, tomaste mi mano libre y la desgarrabas para hacerme saber que querías explotar, aceleré mis dos dedos dentro de tu agujero, y un segundo después, sentí como escurrió más miel por mi mano y vi en tu boca una sonrisa placentera.

1 comentario:

  1. De solo recordar ese momento, creo que me he vuelto a poner en circunstancias comprometedoras. Ansio devorate con besos completo, me has dejado muy caliente. te amo

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