lunes, 19 de abril de 2010

Monitor

No teníamos ni un día lejos y nos consumían las ganas de sexo. Empezaste inocentemente, pusiste la webcam mientras hacías tus quehaceres, solo para hacerme notar que no llevabas brasier, fué fácil y delicioso notar tus enormes senos dibujados perfectamente sobre una playera blanca, su tamaño perfecto y su forma natural me enloquecieron. Jugando me dijiste "Ya notaste que no traigo bra?", alzando tu blusa dejando al aire una de tus tetas, pero teniendo cuidado en tapar completamente el pezón provocaticamente.

"Quiero verte" -dijiste. Bájate los pantalones y enséñame lo que hay debajo de tus bóxers. Ya comenzaba a crecerme el pene debido al morbo de verte sin brasier, sin pensarlo mucho te complací. Sin esperar la indicación te quitaste la playera blanca, vi casi en cámara lenta como salían exquisitamente tus dos tetas de esa prisión de tela, con su movimiento rítmico y para mi sorpresa con tus pezones y aureola duras, se notaba aún en la cámara ese precioso y endurecido pezón que me dejaste ver.

"Tócate" -exigiste. Lleno de lujuria solo seguía instrucciones, me quité totalmente desnudo de la cintura hacia abajo y empecé a masturbarme para que me vieras, con rapidez se me puso dura mientras observaba el show: te habías quitado el mini-short que traías puesto y la tanga también, te acomodaste de tal forma que la laptop quedó entre tus rodillas, te recostaste, dejándome una presioa vista desde tus rodillas hasta tus ojos, dejando el secreto que hay entre tus piernas totalmente descubierto para mi, enloquecía, mientras con una mano frotabas tus tetas y con la otra abrías los labios de tu intimidad.

Me mostraste tus fluidos entre tus dedos, los imaginé con una textura, temperatura y color deliciosos, tocaste tiernamente tu clitoris mientras observabas como me crecía la verga, estaba hipnotizado por lo que estaba admirando en mi pantalla, eras tú, mi princesa abierta de piernas y tocándote para mi.

Apresuraba y me calmaba justo cuando estaba a punto de venirme, me exitó demasiado darte este espectáculo, me gusta exhibirme para ti y ser tu inspiración para q te toques, yo admiraba como abrías tus labios para dejarme ver más adentro de tu agujerito con una mano y con la otra pellizcabas tus pezones; y tu parecías hipnotizada con la agitación de mi mano sobre mi miembro.

Después de acalorarnos por completo, no podías más, para llegar al climax necesitabas ver como derramaba de mi semen, y otra vez complaciéndote, me vine en el instante q lo pediste, un segundo después comencé a ver como apretabas más las piernas y metías mas tus dedos y en un largo y delicioso gemido llegaste al cielo, ahí del otro lado del monitor.

2 comentarios:

  1. Hasta los encuentros a distancia, entre nosotros son fuego, gracias por encenderme de esta manera, y a ver cuando repetimos la experiencia

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  2. Parece que la distancia no es un obstáculo para que los fluídos se vean... y hasta se palpen...

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