martes, 22 de diciembre de 2009

Camioneta

Nos habíamos acomodado en el asiento de atrás de la camioneta, ya era tarde y el camino de regreso era en verdad oscuro y solitario. Adelante iba tu familia y en la oscuridad te susurré al oído: "Házlo", al mismo tiempo q con mi otra mano desabotonaba y bajaba el cierre de mi pantalón.

Se iluminaron tus ojos con lujuria y desesperación por introducir tu mano entre mi pantalón. Entre pláticas y risas en un momento yo me quedé en silencio, tus movimientos arriba-abajo, circulares y fuertes me estaban poniendo cachondísimo, ya estaba duro pero quería más; con un gesto te indiqué q metieras la mano debajo de mis bóxers. Un segundo después tu mano fría envolvió mi pene, y con los mismos movimientos, ahora más intensos y mi respiración agitada y discimulada en tu oído tuve un orgasmo delicioso, me vine deliciosamente en tu mano, en la oscuridad y con tu familia en la misma camioneta.

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