martes, 22 de septiembre de 2009

De Fiesta

Esa noche fría de octubre, tu vestías traje negro, dios como amo los pantalones de vestir en ti, hacen que cada q me acerco un poco más a, tu miembro rocé con mi vientre y suba mi temperatura; yo usaba un vestido strapless, que dejaba muy poco a tu imaginación, mostrando mis pechos grandes a los que no podías quitar la vista de encima, bailábamos tan pegados que nuestros cuerpos comenzaron a sentir calor a pesar del frío.

Entonces en un movimiento pude notar que tu verga estaba empezando a ponerse considerablemente dura… un gemido escapo de mi boca y sin poder ni querer evitarlo te susurre al oído –Tenemos que escaparnos-

Sin decir nada a nadie, y tratando de pasar desapercibidos, nos escabullimos haciendo a la noche nuestra cómplice.

Mientras conducías el coche, te lance una mirada de zorra y sonriendo baje el cierre de tus pantalones, entonces lancé mi boca a tu entrepierna, y ayudada de mis manos baje tus bóxers, dejando completamente disponible tu erección, así sin avisos comencé a lamerla, primero despacito y luego con las ganas de quien no ha probado bocado en largo tiempo, tu respiración solo me indicaba que estabas tan excitado que si seguía así no tardarías en venirte en mi boca…

Entonces paré al mismo tiempo que tu detuviste el coche, bajamos con nerviosismo, procurando no ser vistos, saque las llaves de mi bolso y a toda prisa abrí la casa, no se como logramos llegar a mi habitación, pues nos deteníamos cada segundo a besarnos y acariciarnos.

Ya arriba los besos se hicieron más urgentes, baje con prisa tu pantalón que estaba ya desabrochado y así de pie empecé a masturbarte, estabas tan caliente que de tu boca escapaban suplicas que yo callaba con besos cada vez más desesperados.

Entonces, subí mi vestido hasta la cintura, y con tus manos inquietas comenzaste a hurgar debajo de mi tanga, no me la quitaste, solo la hiciste a un lado, metiendo dos de tus dedos en mi vagina para entonces empapada y ardiente, con movimientos circulares jugaban de vez en cuando con mi clítoris tan excitado que el dolor me invadía, pero era un dolor que estaba disfrutando.

Cuando la pasión estaba al borde, y en la habitación reinaba un calor inigualable, te acostaste en la orilla de la cama, y me ordenaste que te montara.

Sin ganas de discutir ni desobedecer, y sin quitarme siquiera la tanga, me subí encima de ti, haciendo que tu erección entrara lo más profundo en mi, la oleada de placer y lujuria pronto nos envolvió a los dos, y mis gritos retumbaron por toda la casa, el orgasmo me había llegado y ahora era tu turno, unos cuantos movimientos más de mi cadera y sentí tu explosión en mi interior.

Sin tiempo para reposar, nos acomodamos las ropas y salimos de prisa, volvimos esa noche a la fiesta, pero más bailados que los que estaban ahí.

5 comentarios:

  1. Mi Luna preciosa, me pone terriblemente caliente recibir un sms tuyo diciendo que hay algo para mí en nuestro blog, dejo todo y me apresuro a devorar palabras imaginando que salen de tu boca.

    A mi me fascina vestirme de fiesta y ajustar mi cinturón pensando en que pronto te entretendrás en quitármelo para urgidamente buscar mi entrepierna, y esque los roces inocentes siempre empiezan a hacer latir mi corazón más de prisa!

    Te Amo, nos quedan muchas fiestas por compartir toda la vida Luna, hágamos de cada una de ellas un Baile único

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  2. Una descripción bellísima de un acto bellísimo
    FELICIDADES

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  3. Lo más auténtico en el amor, el morbo, escaparse sin que nadie lo note... todo por sexo.

    A tus PIES

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  4. la desesperación de la pasión no.

    saludos

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  5. MUY RICA TU NARRACION
    DESDE HOY TE SIGO
    BESOS

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