miércoles, 23 de septiembre de 2009

Viento

Puedo verte en la oscuridad, no noto el cansancio en tu cara, al contrario, te noto bastante cómoda y placentera. Tu cabello suelto y el resplandor de tus labios son algo preciosísimo a éstas horas. Traes puesta una de esas blusas blancas con encaje en la parte superior del pecho y una tela finísima que tan deliciosamente se ajustan a tu cuerpo, debajo de tu ombligo solo llevas un pequeño boxer "cachetero" que tan bien se amolda a tus caderas.

El frío de la noche será mi aliado hoy, al entrar por tu ventana te veo muy tranquila y hasta podría atreverme a decir que confiada, como si se tratase del viento o algún movimiento tuyo te quito las cobijas hasta la cintura, duermes boca arriba, lo que te deja con las tetas al aire, tan solo protegidas por esa ligerísima tela que si bien sirve para no dejar ver tus preciosos pechos, también regala una estupenda vista de la grandiosidad de tus tetas y la finura de tus pezones, que en el mismo instante en que te descubrí se elevaron al cielo, formando así un espectáculo delicioso. Tú estás dormida, pero tu cuerpo reacciona perfectamente a mis estímulos y aun con la oscuridad puedo deleitarme con la preciosa forma de tus tetas y tus pezones perfectamente erectos sobre la tela blanca.

Creí oir un suspiro

Camino con mis manos desde tu cuello hasta el borde superior de tu ropa interior decidido a juguar un poco sobre las costuras. Miro fijamente tus muslos como si tuviera frente a mí a mi presa que está a punto de ser devorada.

Lentamente, para no despertarte, bajo tus ajustados calzones, la maniobra es tardada pero el exquisito placer de contemplar tu monte de venus con una hermosa y ligera capa de vello púbico y un poco más abajo tu flor aún cerrada es maravilloso.

Y aqui estoy ya, separo tus piernas lento al mismo tiempo que volteo a ver tu entrepierna, se me ocurre despertarte para comerte a besos pero no, quiero disfrutarte. Cuando tus rodillas están separadas una distancia considerable, los delicados y suaves pétalos de tu intimidad parecen abrirse.

Asaltando la tranquilidad de la Noche y la de mi Luna, me metí entre sus piernas para encontrar la intimidad más hermosa y tan mía que no me quedó de otra que quedarme ahi hasta el amanecer.

Y así, y al no encontrar mejor lugar para habitar por las noches, regreso cada noche por tu ventana, debajo de tus sábanas y entre tus piernas

1 comentario:

  1. Y yo creo haber encontrado a quién en las noches me acaricia en silencio, mientras me hago la dormida para sentir esa suave brisa del viento...
    Este día no puedo dejar de pensar que me puede llegar a fascinar tu boca entre mi intimidad.
    Esta noche también te espero.

    TE AMO

    ResponderEliminar