Olvidé todo y pensé en tu cuerpo, salí corriendo con mil ideas en la cabeza, de hecho todo el camino me la pasé con una erección tremenda tan solo de la idea de pensar en lo quer haríamos, en la falta que nos hacía esto.
Toqué nervioso, aun no tengo mi llave, si no te hubiera sorprendido audazmente. Ni siquiera te molestaste en salir, abriste la ventana y lanzaste la llave temerosa de que alguien por la calle te descubriera.
Me apresuré a entrar huyendo de los ojos de los vecinos, atravesé el primer candado y después la puerta, te imagino acostada, aun con tu uniforme, haciéndote la dormida. Abrí la puerta y subí las escaleras con sigilo, "para que no me descubran", pensé. Aunque solo estabamos tu y yo en tu casa, para mi sorpresa, aún tenías el uniforme puesto, pero no estabas acostada, me esperabas sentada en tu sillón, distraída en una pantalla de laptop apagada.
Me miraste con esos ojos ganosos de sexo, esta vez no querías hacer el amor. Pareció que no nos habíamos visto en meses, te lanzaste sobre mí y yo ya te esperaba con las manos sedientas de tu cuerpo. Estabas descalza, pero aun conservabas todo tu atuendo, cosa que no duró mucho me apresuré a bajar tus pantalones y a observar un momento tus piernas, teniendo mayor empeño en tus muslos y mas arriba, la sensualidad de tu ropa interior, además de que si observaba fijamente notaba que ya estabas mojada, olía a miel, olía a ti, a tu intimidad y eso me volvió loco, al mismo tiempo que arrebataba tus pantalones te apresuraste a quitarme la camisa, sin reparo en los botones, acto seguido te encargaste de mi cuello y yo, de alzarte la blusa para dejar al descubierto tu nuevo bra y esas formidables tetas tuyas.
De re-ojo notaste que mi pene se mostraba grande por debajo del pantalón y tus manos se abalanzaron sobre él, aún había mezclilla y mis bóxers entre tus dedos y mi erección pero de cualquiero modo la hiciste tuya y urgidamente bajaste el cierre; los bóxers del día tenían una caracterísitca que te fascina, esa abertura que facilita que me saques mi pene duro sin si quiera bajarme los bóxers.
En este punto ya no tenías blusa y solo llevabas tu ropa interior, tus calzones ya muy mojados y yo imaginaba tus pezones dispuestos para mis dedos y mi boca; con mi mano izquierda, hábilmente desabroché tu bra dejando al descubierto tus preciosos senos, grandes, suaves, calientes, y como pensé, los pezones estaban terriblemente excitados y sin dejar de tocar tus entrepierna me dediqué a ellos, me dediqué a tus tetas y a lamer tus pezones, es maravilloso poder admirar tu cuerpo, que ahora es mío y juguetear con el como yo quiera.
Quitarte tus húmedos calzones blancos requería tirarte en la cama y abrir tus piernas, yo cada vez mas duro te tumbé, alcé tus piernas y te los arranqué de un movimiento, haciendo pausa momento después con tus piernas abiertas para admirar tus labios humedecidos de miel, tú clitoris de ese color tan puro y tan rico y un poco mas abajo, tu agujerito, tragué saliva y sin más, metí mi cabeza entre tus piernas y empecé a lamer toda tu intimidad. Ya te mordías los labios y te pellizcabas los pezones retorciendote sobre tu espalda cada vez mas lentamente disfrutando de mi maniobra entre tus muslos; parecía que no hubiera comido en días y me estaba saciando de tu miel, de tus fluidos; además de pasar mi lengua por tu clitoris y por tus ricos labios vaginales decidí usar mis dedos en tu agujerito que pronto se fue abriendo para darme paso.
Con mi lengua y con mis dedos dentró de tí parecería que enloquecías, ya no sabías si morderte o gritar y gemir, estabas totalmente expuesta, abierta para mí, totalmente mía.
En mi entrepierna la misma erección que tu habías causado con tus besos y tus manos seguía viva y creciendo al estar disfrutando de tan maravillosa escena.
De pronto de tu boca escaparon, entre gemidos, palabras, no te entendí al principio pero tu voz se fue haciendo fuerte, -"¡Quiero que entres en mí!" y me detuve, paré súbitamente y tu aún temblando y antes de llegar a tu orgasmo me miraste suplicando. No podría decirle que no a esos ojos tuyos, siempre tan coquetos, hoy llenos de lujuría.

como no leí esto antes, me hubiera quedado sin reparos para gozarte toda la tarde, para perderme en ti, en tu boca... pellizcar tus nalgas, comerme de un solo bocado tu erección.
ResponderEliminarParis, me fascino esta entrada, no sabes de que manera lograste mojar mi entrepierna, ahora estoy mas urgida que nunca, de tí, de tu hombría, de sentirte dentro.