lunes, 3 de agosto de 2009

[4 x 1] parte 1...

Esa noche no pudo haber sido más suculenta…

Llegue a tu casa cuando el sol estaba por meterse, las 6 de la tarde debían ser, la pequeña maleta que apresuradamente hice, informaba a cualquier vecino que pudiera verme, que mi intención no era pasar ahí solo un rato… nuestros planes pintaban para largo.

Me recibiste, como quien recibe a su presa, esa que apenas cruzando la puerta va a devorar, simule tener sed, y un vaso de agua te pedí, la misma que resbalo con mas lentitud de la normal por mi garganta, era fría, pero ni su temperatura consiguió apagar el fuego que entre mis pechos ardía.

Subimos a tu habitación y nos prometimos solo dormir, pero desde el momento en el que sorpresivamente me abrazaste por atrás y sentí tu miembro en mis nalgas, supe que esa tarde nos prometía a nosotros ser larga.

Comenzaste besando mi cuello, y en medio del silencio de la habitación, podía escuchar tu lengua escurriendo, al mismo tiempo que mis caderas hacían movimientos circulares con un solo fin, encender más tu cuerpo, ponerte más duro, ponerte más grande.

No pude resistir la tortura que alargabas con tu lengua entrando en mi oído, simulando que entraba en otro lugar más húmedo, tu sabes cual…

Me di media vuelta, y sin aviso previo deposité mi mano justo debajo de tu pantalón, masajeando tu pene con delicadeza, tu desesperación se hizo notar con la urgencia de tus besos, podía sentir tu lengua más caliente, mas traviesa, como descendió por todo mi cuello y quitando de un solo movimiento blusa y sostén, para seguir con tu recorrido, hasta llegar a mis pezones, morderlos, lamerlos, chuparlos… me hiciste a tu antojo, de mi boca solo salían pequeños gritos ahogados, claro siempre procurando que los vecinos no notaran mi presencia en tu cama.

No supe el momento preciso en el que nuestras manos torpes, guiadas por la lujuria, quitaron de nuestros cuerpos las ropas… pero de pronto yo ya estaba montada encima de ti, besando tu cuello, y susurrándote de vez en cuando palabras traviesas, y quise prolongar la deliciosa agonía, esa que había erectado tu pene como nunca antes, era posible ver tus venas, completamente dilatadas, de toda la sangre que por ellas pasaba, eras completamente recto, completamente dispuesto a penetrarme.

Bese tu pecho, baje por tu abdomen, y ya no necesite recorrer más, me detuve a devorarte, a lamer tu miembro desde la base hasta la punta, empapándolo con mi saliva caliente, mordiéndolo, succionándolo, así como se hacer, así como te vuelve loco que lo haga, me tomaste la cabeza como intentando penetrar mas profundamente mi boca, pero me quite, no era así como quería que te vinieras.

Mientras estabas perdido en tu torbellino de emociones, me monte en ti, haciendo que tu pene entrara lo más adentro posible, sintiendo la presión con la que se iba abriendo paso, y la maestría con la que se amoldaba a mis paredes, de pronto sentí un calor que quemaba, y muy seguramente tu también lo notaste, porque atinaste a decir: estas que ardes.

Pero aleje de ti cualquier palabra, te cabalgue, con movimiento circulares, rítmicos y sincrónicos, ese día yo llevaba las riendas, yo mandaba; y al parecer a ti no te desagradaba, tomaste entre tus manos mis pechos estrujándolos con tal fuerza que de inmediato mis pezones se erectaron, era fascínate la sensación de sentir tu pene perforando mis entrañas, mientras que con tus manos jugueteabas con mis tetas.

Las embestidas se hicieron cada vez más fuertes, y yo cada vez te sentía más dentro, de pronto con un solo movimiento; llegamos al orgasmo los dos juntos, como nos gusta tanto hacerlo; sentí tu semen escurrir dentro mío combinado con la humedad que había crecido. Los gritos ya no fueron mudos y poco nos importaron los vecinos.

Caí rendida sobre ti, después de cabalgata tan ardua, a cualquiera le da sueño; me acurruque entre tus brazos, y nos quedamos dormidos….

1 comentario:

  1. Qué buen escape, me muerdo los labios saboreando tus pezones a la vez que aprieto fuertemente la erección que tengo debajo de los pantalones, me excita leerte Luna, me excita recordar y que tú me lo recuerdes con estas deliciosas palabras.

    Me intriga el hecho de que sea la primera parte, esperaré ansioso las que siguen, que si mal no recuerdo, se hace mas deliciosas, los orgasmos mas grandes, tus pezones mas duros, tu mas mojada, yo mas grande, mas dentro de tí.

    Te encanta provocar en mi estas erecciones verdad?

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